madrid | Pasión Gastronómica

Hoy voy a hablaros de un restaurante de Madrid que me encantó, Tatel. A muchos os sonará el nombre porqué sus propietarios más famosos son Enrique Iglesias, Rafa Nadal, los hermanos Gassol, Rudy Fernández… entre otros. La verdad que con estos nombres, mejor publicidad, imposible. Nosotros íbamos con las expectativas muy altas, ya que reservar allí es casi misión imposible, y también con la duda de podernos encontrar el típico restaurante de “poner los cuatro nombres famosos… y ya”. Fue toda una sorpresa, todos salimos encantadísimos del restaurante, lo recomendamos a todo el mundo y ya tenemos ganas de repetir.

La idea de Tatel, no es de un restaurante cualquiera, es una apuesta en convertir el restaurante en una referencia cultural, gastronómica i de “estilo de vida español en el mundo”; se ha empezado en Madrid pero quieren abrir un Tatel en las principales ciudades del mundo. ¿Qué mejor que representar la marca España por el mundo, que nuestros españoles más internacionales y más queridos? Una gran idea que surgió de los empresarios ibicencos Abel Matutes júnior y Manuel Campos (Ushuaïa y Blue Marlin), presiento que será un éxito allí dónde vayan.

La decoración es espectacular, diferenciando las dos salas, la entrada más informal con mesas altas y taburetes (muy cómodos), con unas grandes cristaleras que dan al Paseo de la Castellana, y otra sala más formal con sofás de piel granates y sillas aterciopeladas. Todo está cuidado al detalle, los suelos de piedra, lámparas espectaculares y cuadros o murales en la pared que no dejan indiferente a nadie. A mi su “rollo” industrial mezclado con elegante y retro me pareció de lo más acertado.

El servicio fue excelente, muy profesional, simpáticos y atentos en todo momento; quiero remarcar que como uno de los platos principales tardaba un poco nos invitaron a otro entrante, todo un detalle!

Los directores de su cocina son los expertos Nino Redruello y Patxi Zumárraga del famoso restaurante madrileño La Gabinoteca.

Tatel se basa en la creatividad de la cocina tradicional española; ágil, divertida, y recordándonos nuestras raíces en todo momento, con productos de muy buena calidad.

En la carta de vinos podemos encontrar vinos de todos los puntos de España y también algunos internacionales. Nosotros quisimos probar un vino que tenía pendiente, Les Crestes, un priorato potente y fácil de disfrutar.

Como éramos seis decidimos compartir los primeros y que cada uno escogiera un segundo.

http://tatelmadrid.com/pdf/Carta_restaurante.pdf

Primero nos llegó el pan, me encantó su manera de servirlo: en bandeja, con tomate y ajo, una sal especial y su aceite.

De los entrantes destacaría, sin duda, Anchoas en salazón de Santoña, su presentación con “oro” por encima me pareció espectacular.

Muy sabroso su Pulpo a la brasa con patata y mojo rojo.

El Salmorejo cordobés, aunque difícil de compartir, nos encantó a todos, tenía la textura perfecta.

El plato más normal, pero también muy bueno: las zamburiñas.

Nos encantó su tortilla trufada, con cebolla y patata, muy esponjosa, el truco: la espuma de patata se hizo con sifón. De las mejores tortillas que he probado, a lo mejor por el sabor de la trufa, que a mí me apasiona.

Para los platos principales, nos pusimos bastante de acuerdo.

Dos se pidieron el Bacalao Negro gratinado al horno; mi padre, gran “cocinitas” y gourmet, me dijo que era de los mejores bacalaos que ha probado nunca! Además venía con muy buena guarnición.

Otros dos, escogieron Fideuá negra con berberechos.

Y mi hermana y yo, Arroz a banda de gamba roja, ¡Madre mía! Estaba buenísimo, en su punto perfecto de cocción y muy sabroso.

Para postres, escogimos una Tarta Tatel de manzana y un pastel de hojaldre con crema y fresas. Tendremos que volver porqué, aunque estaban muy buenos, nos dijeron que los mejores se habían acabado.

Recomiendo 100% Tatel, por su comida, su ambiente, su profesionalidad, su decoración, o por si te quieres encontrar algún famoso! Cabe destacar que su relación calidad – precio es más que aceptable.