El Dos Palillos estaba en mi lista de “restaurantes pendientes para ocasiones especiales”, y fue el escogido para celebrar el cumpleaños de mi pareja y el mío.
Llamé con 3 días de antelación y me dijeron: “has tenido suerte, justo hemos tenido una anulación para barra a las 22:45”, aunque al principio me pareció un poco tarde, acepté.
Como cotilleo os diré, que teníamos a Ferran Adrià y su mujer sentados al lado.
Uno de los responsables del proyecto Dos Palillos, es Albert Raurich, quién fue, durante muchos años, jefe de cocina del desaparecido El Bulli.
Nosotros íbamos con la idea de no hacer menú degustación, ya que nos parecía un poco caro por platos que (de buenas a primeras) no nos hacían demasiada gracia; pero en la barra no hay opción de escoger a la carta, sólo puedes escoger entre dos menús: el menú dos palillos de 75 euros y el menú dos palillos festival de 90 euros; nosotros nos decantamos por el primero.
Su carta de vinos está muy bien elaborada, ya que encuentras vinos muy asequibles, junto algunos bastante “innombrables”. Nosotros escogimos un blanco, “El Roda”, de 16 euros, que por su calidad-precio nos gustó mucho.
El servicio es encantador, te comentan todos los platos, y al cocinarlos frente de ti, se convierte en una experiencia muy divertida. Por su calidad y creatividad, no es de extrañar que en 2013, recibiera una Estrella Michelin.
Como comentario personal: si te esperas un típico restaurante japonés, mejor cambia de opción. El Dos Palillos es una mezcla de culturas; tapas creativas dónde se combinan sabores japoneses, chinos, vietnamitas, tailandeses,… entre otros.
Nuestro menú empezó de la mejor manera, con un cóctel de fruta de la pasión, ron y menta, me encantó!
Continuamos con un plato muy soso: hortalizas agridulces al estilo chino; todavía no le encuentro el sentido al plato, carecía de sabor y con un jugo que parecía “aguachirri”.
Como plato original, que nunca habíamos probado, medusa picante de sichuan, nos gustó aunque el sabor se lo aportaba el condimento. Me sorprendió su “dura corteza” que se notaba al masticar.
Continuamos con un Tsukudani casero de shitakes y hígado de rape, las setas estaban buenísimas, pero el hígado de rape no nos acabó de gustar. Y unas sardinas con salsa de anchoa, aunque estuvieran crudas, no nos disgustó.
A continuación otro plato original, sunomono de algas frescas y moluscos. Los percebes estaban buenísimos, pero había demasiadas algas carentes de sabor.
Los espárragos blancos con vinagre de arroz y azahar, también nos pareció un plato un tanto insípido, todo el sabor lo aportaba la salsa.
Espectaculares fueron sus gambas crudas calientes a la parrilla con te. ¡Estaban increíbles!
Otro plato que nos encantó fueron los mejillones con jarabe de coco, menta, cilantro, jengibre y limón. Se cocinaban en una especie de “Tajine”, el sabor era magnífico. Este fue uno de los mejores platos.
También nos encantó su tempura de cocochas de rape, buenísimas.
Las gyozas de gambas con tocino ibérico fue otro de los platos que más nos gustó.
Otro plato original fue el maki, que se preparaba uno mismo, de atún. Te traían las algas, el arroz, el atún y los condimentos que quisieras añadir, en total tocaban dos por persona. Yo no soy muy “fan” del maki de atún pero este me encantó.
Una vez acabado el turno del pescado, empezamos el turno de carne con una nippon burger, buenísima.
Y acabamos con una tiernísima y bien cocinada papada de cerdo ibérico a la cantonesa.
Me sorprendieron gratamente los postres, originales y bien trabajados.
El primero fue el más original, y para mi el mejor en cuanto a sabor. No me sé el nombre, pero llevaba, mango y vainilla. Éste venía servido con “nieve” por encima, que habían hecho con una máquina a partir de enormes trozos de hielo, de un sabor que no recuerdo. Magnífico postre.
El peor fue su pastelito de te verde, muy soso.
El tercer postre también fue un poco “raro”, tampoco recuerdo el nombre pero era como un «bocado sabor naranja» y venía servido en unas hojas. Buena presentación, pero sabor un poco flojo.
Y para acabar “bombón” de chocolate, exquisito! La “bomba” explotaba en la boca.
Había leído muy buenas críticas de este restaurante y creo que fui con las expectativas demasiado altas. A lo mejor, porqué últimamente he tenido la suerte de probar restaurantes que claramente me han sorprendido; y además, me salió un poco más caro de lo que me esperaba.
No obstante, es un muy buen restaurante, que te ofrece un buen producto y vivir una experiencia diferente.
Restaurante: Dos Palillos
Dirección: C/ d’Elisabets, 9
Ciudad: Barcelona
Teléfono: 933040513
Precio aproximado: 90€ – 120€ (Dependiendo el menú y el vino)
Cierra: Domingo y lunes todo el día, martes y miércoles mediodía
Recomendaciones: Ideal para ir en ocasiones especiales
Pasión Gastronómica elige: Gambas crudas calientes a la parrilla con te
Puntuación: 7 (alto)
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